En el origen de la raza, este perro se conocía como Thuringer Pinscher o Polizeilicher Soldatenhund (perro soldado policial), pero alrededor de 1900 se impuso el nombre de dóberman pinscher en honor a su creador: Karl Friedrich Louis Dobermann. Finalmente se le acabó suprimiendo la terminación pinscher y, en general hoy día se le conoce como dóberman simplemente.
Esta raza debe su nombre a Karl Friedrich Louis Dobermann, un vigilante nocturno y recaudador de impuestos que entre 1834 y 1894, se encargaba de la custodia de una perrera en la ciudad de Apolda (Turingia, Alemania).
A partir del primer año de vigilancia comenzó a necesitar un perro para defenderse, pero ninguna de las razas a las que podía acceder era de su entera satisfacción. Fue entonces cuando emprendió una tarea tan arriesgada como difícil: crear su propia raza a partir de ejemplares adquiridos en el mercado o capturados en el campo.
Tiene el cuerpo cuadrado, la cabeza tiene los planos del hocico y del cráneo paralelos, depresión frontonasal (stop) muy ligera, ojos pequeños y oscuros. Orejas de inserción alta, cuello largo y elegante, el cuerpo es musculoso, aunque no se le note, con los miembros rectos, la línea superior es recta y el pelo corto pegado al cuerpo.
Los machos tienen una altura de 68 a 72 cm y un peso de entre 40 y 45 kg, y las hembras una altura de 63-68 cm y un peso de 32-35 kg.
Valiente, cariñoso, vivaz, decidido y elegante. Estos 5 adjetivos son los que mejor definen a el dóberman. Con una expresión decidida e inquietante, es un perro de carácter enérgico, orgulloso e impulsivo, que, siempre que reciba un buen adiestramiento, se muestra estable, asentado y sociable. Ahora bien, si no se lo trata como se debe puede llegar a convertirse en un perro agresivo, inestable y muy peligroso, debido a su enorme potencial físico. Necesita un dueño firme y tranquilo, que sepa imponerse con paciencia y sobre todas las cosas, afecto. Sumamente fiel, muy dependiente de la familia, demuestra una devoción ciega por su amo. Es un perro amigable y cariñoso sobre todo con los niños, aunque es necesaria la supervisión de los padres ya que el dóberman tiende a jugar con mucha energía debido a su peso y musculatura, y puede derribar o golpear sin querer y poder hacer daño. Posee un sentido innato de la protección y en la mayoría de los casos, es muy desconfiado con las personas extrañas, llegando a parecer poco cariñoso o arisco, cuando en realidad no lo es en absoluto. Este perro es frágil y sensible desde el punto de vista emocional y no soporta las relaciones conflictivas. Necesita una buena socialización en todos los ámbitos para fomentar su convivencia y su equilibrio emocional, además del contacto amigable con humanos y otros animales. Siempre habrá de mantener su estabilidad emocional, aunque, si se lo descuida o lo trata mal, probablemente, se torne un tanto depresivo o agresivo. Ha sido considerado erroneamente un perro inestable, agresivo o peligroso, tendencia que hoy en dia esta desapareciendo. Extremadamente inteligente. Rápidamente comprende las situaciones. Un perro capaz de aprender más de 30 mandos diferentes.
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